Para las mujeres es fundamental ser tomadas en cuenta, por lo que la causa más frecuente de infidelidad son los problemas de comunicación en la pareja, seguidos por la falta de amor, la insatisfacción sexual, la atracción hacia otra persona y en algunos casos aislados, el deseo de venganza por una infidelidad previa.

Lamentablemente la infidelidad de la mujer, es vista y juzgada muy a la ligera, donde se arremete contra ella con adjetivos peyorativos, que oscilan, desde inescrupulosa hasta puta sinvergüenza, sin detenerse por un solo instante a observar y comprender con el corazón, lo que subyace en lo profundo de ese ser, y qué es lo que realmente la ha llevado a la dura decisión de ser infiel.

Con esto; no quiero decir que la infidelidad deba de ser justificada, porque para mi,  traición es traición por donde se lo vea, pero si es necesario que sea comprendida con misericordia, abordada con apertura de mente y sanada con la nobleza que sólo nace del corazón, para que deje de ser una acción-reacción.